“Creced y multiplicaos”
dice la bíblica letra.
Y al amor que es de verdad
sorprende la vida. Llega
cuando el amor se hace fuerte,
se vigoriza y se queda
viviendo entre dos personas
de amor; que el amor les llena.
Y les sorprende contando
los días por lunas nuevas,
descontando los minutos
y consumiendo la espera
entre felices instantes
que no pagan las monedas.
La vida ha de venir
cuando Dios Padre lo quiera;
escribe a veces torcido
pero con frases bien rectas,
que no siempre entenderemos
pero por algo lo ordena.
¡Si lo sabrá bien mi hermano,
un césar de la corneta,
un costalero de pro,
de ennoblecida almocela
y un cristiano por derecho
con una fe verdadera.
La extraordinaria salida
de su Madre, bella perla
del Alcázar escolapio
que le sirve de Alacena
a la Madonna bendita
que por la ciudad eterna
fue la santa embajadora
y la mejor albacea
de los granadinos modos
y sus cristianas aleyas,
disipó en su “levantá”
todo miedo y toda duela,
mientras mi hermano bregaba
asido a su parihuela,
en la artística clausura
de su palio, carabela
de María, la custodia
entre varales, la cela
por donde asoma Mayor
Dolor, “geniles” de pena.
Joaquín tomaba el martillo.
¡Y fíjate si era buena
la “levantá” que hasta el Cielo
con devoción se nos fuera!,
que Dios Padre satisfecho
escuchó nuestra promesa
hecha en católicos modos,
hecha en clave costalera
que hace cuatro días dijo:
-¡quiero y puedo, pues que sea!
No tengo duda ninguna
y es tan grande mi certeza
que sé que Mayor Dolor
como Madre, intercediera
en el instante preciso
que hacia el Cielo se nos fuera.
Desde hoy hay otra madre,
la mocita albaicinera,
la que lleva el mismo nombre
de tu devoción trianera,
que está velando por tres:
la madre, la madre Gema,
por mi hermano Víctor Santos
y en sí no cabe ya Estrella,
sabiendo que hay otra hija
entre nosotros. Daniela.
Texto extraido del Pregon de la Hermandad de la Estrella 2011. Autor: David Jimenez Muriel
Sobran las palabras, pero nunca faltaran agradecimientos.
Gracias hermano...
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